Tuesday, March 10, 2009

El último cigarrillo

("Ele me deu um beijo na boca e me disse:
A vida é oca como a touca
De um bebê sem cabeça" - Caetano Veloso)




En algún momento mirás para atrás y te ves, una persona en solitario dando vueltas en círculo, caminando en vano por una película en blanco y negro, al son de un mi eterno y desafinado, aunque te da la impresión de que lo mismo habría dado si hubiese sido por ejemplo un do.

Te ves a vos mismo murmurando algo, tal vez hablando solo, pero no se escucha nada. Casi no te reconocés, si hasta parece que se tratara de otra persona, pero sos vos.

Te ves encendiendo un cigarrillo, te ves mirándolo como si quisieras decirle algo, pero no. Algo te lo impide, tal vez todavía un resto de lucidez te hace saber que no te va a escuchar; tal vez la sola certeza de que nada ni nadie te saca de allí, de que ya sos hombre muerto.

Otra pitada lenta, ahora con un vaso en la mano; no se ve muy bien de qué.

[...]

Ahora un tipo entra a tu cuarto, un tipo alto y de manos grandes; vos creés conocerlo pero no sabés muy bien de dónde.

El tipo entra y te dice algo, vos te das cuenta por cómo mueve los labios, pero no sabés qué, porque lo único que se escucha es ese mi constante, que por momentos patina un poco, y por momentos te perfora los tímpanos. El tipo te habla gesticulando poco, y a pesar del blanco y negro se ve nítidamente cómo le brillan los ojos.

La cámara no te muestra a vos, sin embargo sabés que seguís allí. Le brillan los ojos, le brillan demasiado los ojos, y además tiene una sonrisa cínica. Y vos seguís allí.

[...]

Un par de botas oscuras, un poco sucias tal vez, número 45 sobre el suelo de madera (la cámara no lo dice, claro, pero vos sabés que son 45). Después la cámara sube, y ves cómo el tipo te besa en la boca. Se te ve borroso, pero se nota que sos vos por la forma de la cara, y por el pelo. Detrás de él hay una puerta entreabierta, y aunque no se ve nada, adivinás que hay gente detrás.

Se ve un ropero, unas fotos en la pared, una máquina Singer. El tipo te acaricia la entrepierna, vos le respondés con otro beso. No se ve cómo las lenguas juegan, en un coqueteo de serpientes. Hay tantas cosas que no se ven.

Vos esbozás una sonrisa, que te parece un poco forzada. La cámara nunca muestra la infinita tristeza que emerge de tus ojos, que están como apagados, como distantes.

[...]

Y aquí, en el sudoeste de tu vida apagás el último cigarrillo, mientras con la mano buscás el control remoto para apagar también esta mierda. Entonces alguien te acaricia la entrepierna.

No comments: