Sunday, January 24, 2010

Salsa para vivir (una co-producción con: Dante)

"Pajaritos de colores vas a ver
cuando pruebes esta salsa que compré".
("Salsa", Los Twist).

Pajaritos. Pajaritos en las paredes, en las cortinas, en la cama, sobre la tele. Pajaritos que me esperan desde los cables de la energía del frente, desde el marco de la ventana, desde la soga de colgar la ropa. Pajaritos donde piso, en mis zapatos, en mi comida. Pajaritos que salen de la nevera, del inodoro, de la lavadora. Y cantan, cantan, cantan, cantan, cantan, cantan los muy malditos. Pajaritos en rojo escarlata, en verde manzana, azul eléctrico. Magenta, cyan, rosa viejo. Amarillo fosforescente. Sucede que cualquier sonido, cualquier leve chasquido de dedos, un voltear de nuca, un cambiar de dirección, un paso en falso, cualquier leve leve parece que hiciera que un pajarraco de mierda naciera en cualquier lugar de la casa para joderme la juemadre vida. Pajaritos que me hablan, que opinan de mi ropa, pajaritos que repiten lo que digo, pajaritos volándome alrededor de la cabeza cuando estoy mareado. Basta que tenga una idea y un pájaro me ilumina la cabeza, y cuando estoy aburrido los lanzo contra la pared y se destruyen, mancha respectiva y millones de pequeños pájaros nacen de la explosión de alguno. Lo sé, lo he visto, cuando estoy aburrido agarro cualquiera y lo lanzo contra la pared, y cuando ellos están aburridos me agarran como cualquiera y me lanzan contra la pared. Yo no me destruyo, de mí no salen diez mil pequeños. Yo, a mí lo que me salen son hematomas, hematomas morados por todas partes, maldito inútil, le pido ácido y me trae salsa de tomates, me dice que esto es mucho mejor que el ácido, que con esto voy a ver pajaritos de colores. Sí, sí, los veo, y también los escucho desde las cinco de la mañana, y los siento cuando me dan picotazos en las güebas, y los degusto cada vez que se me meten en la boca (no son muy ricos pero saben mejor que el sancocho de doña María, la señora de la casa) y sobre todo los huelo: ya tengo todas las sábanas cagadas, puta mierda. Maldito Willy, mal parido jíbaro, supo bien cómo hacérmela y me la hizo. ¿Y ahora qué hago? Los voy a cazar a todos y voy a hacer miles de chuletas, ding-dong, o asados, ding-dong, o en salsas, ding-dong, o sudados, ding-dong, maldita sea, ya voy. Abro la puerta y sos vos, Quiubo parce me decís, los pájaros desaparecen, se esconden entre mis cosas y yo te invito a pasar. No me sorprende que desaparezcan los pájaros, no es la primera vez que me pasa. ¿Y qué de los pájaritos?, me preguntás con tono de burla, yo sonrío a medias y ella termina su frase, Pana es que mete mucho, pana es que no debería meter tanto, pana es que… Carajo, yo dejo que hablés, no me importa, lo tolero más que a esos hijueputicas pajaritos, al menos vos sos una voz, ellos no. Hablás entonces de muchísimas cosas, de las cuales sólo retengo palabras y algunas frases difusas: Novio-ebrio-casi-quedás-preñada-tener-hijos-güácala-cosas-hacer-ocupado-sábado-tu-madre-te-crecen-las-tetas-gorda-dijo-jajaja-te-gusta-tu-nuevo-vestidito-aquí-huele-a-mierda-de-pájaro. Ahhh, qué momento de tranquilidad, y lo mejor mona es que vos no me pedís que yo opine, a vos como que te gusta más eso, mi silencio. No esperás nada de mí. Luego decís que te vas, me besás la mejilla y te vas, y tan pronto como cerrás esa puta puerta se me vienen encima, me golpean, me cagan. Empiezo a sudar, me mareo, caigo. Cierro los ojos fuerte creyendo que los puedo desaparecer, pero los sigo oyendo, y me esperan. Tengo que terminar con esto, tengo que terminar. Tengo que comprar veneno para pájaros, maldito Willy jueputa malparido, mona volvé, veneno para pájaros, eso es, pero no tengo plata, y la puerta no mona volvé la puerta no abre y ni un gramo de coca, puta mierda. Déjenme, déjenme o les echo salsa encima, no, salsa no que se multiplican, déjenme carajo ¡ay! mierda, jueputas pájaros, me la tomo yo y verán lo que es bueno agghhhhhh casi sobrevivo pero no, Willy me las vas a pagar, te prometo que apareceré en todas tus pesadillas y te haré tragar salsa de tomates y me cagaré encima tuyo y te despertaré todas las mañanas cantando y te tiraré contra la pared para que explotes, para que veas lo que hace tu puta salsa. Casi sobrevivo pero -mona volvé- no.